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GINZBURG Y SU RECEPCIÓN (CRÓNICA DE UN LIBRO)

Actualizado: 2 jun 2018

Adrián Gerardo Rodríguez Sánchez

Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Atzcapozalco



Gusanos. María Paula Hinojosa



Esta crónica podría seguir hasta volverse algo parecido al nunca acabar, pero creemos que con lo expuesto basta en hacer ver al lector la importancia para el mundo académico de hace cuarenta años hacia acá, del libro El queso y lo gusanos. El cosmos, según un molinero del siglo XVI del historiador italiano Carlo Ginzburg. De ahí que el nombre de nuestra revista sea no sólo una referencia al título de este texto, sino también una identificación con la forma de hacer historia que propugna: una historia desde abajo, que busca la reconstrucción de los canales conflictivos que hilan la memoria, la técnica y los saberes de las clases subalternas con la cultura y la cosmovisión de las clases hegemónicas. Es una forma de seguir apostando por la elaboración de un conocimiento histórico en conjunto con lo que otras disciplinas afines han aportado; es seguir viendo la historia como un camino crítico para alumbrar nuestro presente y no cejar ante el avance de las ideas fijas en un progreso infinito. Los textos entre comillas pertenecen al molinero Menocchio, protagonista del libro El queso y los gusanos.




1976, febrero. Fernand Braudel fue sorprendido por un libro impreso un mes atrás y que le hizo llegar el editor Giulio Einaudi desde Italia:

Acabo de comenzar la lectura del libro de Carlo Ginzburg, que tiene un título que me es imposible traducir al francés, Il formaggio e i vermi, y encuentro que es una obra maestra. Si es posible, quisiera tratar de incluirlo en la colección que dirijo en la Editorial Flammarion. Si usted me da su aprobación, hablaré sobre este tema con mi editor lo más pronto posible...

“ir a confesarse con los curas y frailes es como ponerse delante de un árbol”


1980, octubre. Desde una isla europea, un marxista académico escribía:

Professor Ginzburg has drawn on the account of Menocchio’s interrogation, which is often full enough to be printed as dialogue. Menocchio was a loner who thought a lot for himself. He knew some of his thoughts were dangerous, but he found the captive audience of his judges irresistible, and poured out his ideas to them with the wildest imprudence…

“Señor sí creo que cada uno piensa que su fe es la buena, pero no se sabe cuál es la buena…”


La contradicción no tiene, por ende, en el discurso de Menocchio, el nivel descalificado que le es propio en el discurso erudito; es inherente al trabajo de un pensamiento que pretende ser libre y nunca permanece en reposo…


...

1991. Enero. Un historiador famoso por sus aportaciones a la historia del libro y la lectura, no pudo resistir no escribir:

Lo que caracteriza la antropología como la cosmogonía de Menocchio es pues menos la rigidez de un sistema bien formado que la voluntad de pensar por sí mismo, contra la autoridad de la Escritura o de la Iglesia, los problemas más fundamentales del destino humano. La contradicción no tiene, por ende, en el discurso de Menocchio, el nivel descalificado que le es propio en el discurso erudito; es inherente al trabajo de un pensamiento que pretende ser libre y nunca permanece en reposo…

“Yo creo que siempre han estado juntos, nunca han estado separados, es decir, ni el caos sin Dios, ni Dios sin el caos”


1981. El exguerrillero e historiador nacido en Argentina, pero avecindado en México, Adolfo Gilly, leyó en Milán lo sucedido con Menocchio, y la lectura le produjo este tipo de reflexiones:

La Razón occidental expulsa del reino de la razón a otras razones diversas y diferentes, expulsa al otro y declara superstición tanto a su religión como a su razón. El mundo queda dividido en “gentes de razón” y “naturales”, dueños los unos del poder, el conocimiento, las riquezas y los goces, sometidos los otros a la obediencia, la ignorancia, los despojos y las penas.

“Todo es de la Iglesia y los curas, que oprimen a los pobres, los cuales si tienen dos campos alquilados son de la Iglesia, de tal obispo, de tal cardenal”


1990. Un historiador argentino, que se deslindó de Marx pero sabía que teníamos que seguirlo por las señales que dejó, hizo esa descripción conmovedora:

Menocchio se ha convertido en el heraldo de un "mundo nuevo" que todavía aguardamos. Su historia demuestra a las claras cómo grandes ideas son alumbradas fuera de la cultura de las clases dominantes.

“Me digo que es precepto más importante amar al prójimo que amar a Dios”




“...todo era un caos, es decir, tierra, aire, agua y fuego juntos; y aquel volumen poco a poco formó una masa, como se hace el queso con la leche y en él se forman gusanos…”



...

2001. El queso y lo gusanos llegó a España y se tradujo en 1981. Veinte años después, dos investigadores de Valencia escribían que:

El resultado es un libro, uno de cuyos atractivos es la recomposición del universo mental de Menocchio y del mundo cultural que le rodea a partir de una información escasa y sesgada, ofreciendo, además los descartes o las interpretaciones insatisfactorias. Es decir, una de sus virtudes radica en la forma que tiene de mostrar lo evidente, lo documentado, y a su vez, en la forma que tiene de presentar conexiones que no son inmediatamente visibles.

“...todo era un caos, es decir, tierra, aire, agua y fuego juntos; y aquel volumen poco a poco formó una masa, como se hace el queso con la leche y en él se forman gusanos…”









Bibliografía

-Aguirre Rojas, Carlos Antonio, “Carlo Ginzburg y el modelo de una historia crítica para el análisis de las culturas subalternas”, en Revista Brasileira de História. Vol. 23, No. 45, Sao Paulo, 2003, pp. 71-101.

-Burucúa, José, “Carlo Ginzburg: una ratio individualizante y universal”, en Boletín de Historia Social Europea. No. 2, Buenos Aires, 1990, pp. 96-104.

-Chartier, Roger Chartier, “Religión campesina y ortodoxia católica”, en Chartier, Roger, El juego de las reglas. Buenos Aires, 2000, pp. 147-157.

-Gilly, Adolfo, Subcomandante Marcos y Ginzburg, Carlo, Discusión sobre la historia, México: Taurus, 1995.

-Hill, Christopher, “Montereale”, en London Review of Books. 6 de noviembre de 1980, p. 3.

-Serna, Justo y Pons, Anaclet, Cómo se escribe la microhistoria. Ensayo sobre Carlo Ginzburg. Madrid: Ediciones Cátedra y Universitat de Valencia, 2000.





Adrián Gerardo Rodríguez Sánchez (Aguascalientes, 1986) Es licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y maestro en Historia de México por la Universidad de Guadalajara. Obtuvo el Premio Nacional de Ensayo Juan Rulfo en el 2012. Actualmente coordina la página web de crítica literaria Portal de Letras y estudia el Doctorado en Historiografía en la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Azcapotzalco. Forma parte del comité editorial de La Historia y sus gusanos.




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